Ayer fue el desayuno de fin de año de mi oficina, razón por la cual estuve distraída en las tempranas horas de la mañana y como el desayuno se extendió entonces estuve coagulada en las horas de la tarde, tanto así que no fue hasta las 4 cuando procedía a colgar mi post del día que me percaté de que no había hablado con la Sra. Tina – léase la amable señora que limpia mi casa una vez por semana – y entonces entre en pánico asaltada por la batería de preguntas que estallo en mi cerebro: ¿no fue? ¿llamo y no me di cuenta? ¿está mi casa sucia? ¿la recibirá el año así? ¿huyo y dejo todo? ¿Qué hago?
Sé que muchos de ustedes no verán razón para el ataque pánico-maniático, pero yo creo que el orden y la limpieza y creo que el año nuevo lo último que debe pillarte es con la casa destruida. Con cautela llegue a mi hogar y para tumbarme las alitas del corazón encontré que en efecto no había ido, la última limpieza profunda del año se había perdido y ahí estaba yo en mi isla, naufraga y con frío, pero con toda la intención de tomarlo con filosofía o sangría, lo que ocurriera primero.
De manera de no sentirme encallada procedí a hacer lo único que podía cambiarme la ropa y poner manos a la obra, barrí (mientras peleaba con el gato para que dejara la escoba), acomode la lavandería, quite las sabanas, pensé en meter en la lavadora el sobrecama (lo medí y no se puede), puse dos lavadoras (sabanas y toallas), me puse a hacer brownies, volví a barrer (esta vez encerré al gato), ataque el baño, recogí la basura, sopesé lavar ropa y cuando ya no quedaba nada mire al trapeador y admití al mundo que yo no sé trapear… no sé cómo carambas uno trapea, jamás me queda lindo el piso, siempre pienso que esta pegajoso, nunca huele tan rico como quiero ¿le falta agua, mucha agua, qué le pasa? ¿Quién tiene fuerza para torcer un trapeador? ¿son mis manos? Yo para estas cosas cuento con la Sra. Tina pero nada… ni Chapulín Colorado, ni nada!!
Sé que hay que hacerlo como sea #youdowhatyouhavetodo, pero no me siento feliz al respecto… y no puedo sino preguntarme que necesito limpiar del 2015 para no llevármelo al 2016. Sé que hay un par de cosas – como flores rumorosas – y ahí tampoco nadie me puede ayudar.
Sé que este año ha sido duro, tantas cosas han cambiado y no me refiero sólo a la decoración. Me refiero a esas cosas que ya no dan para más, a esas cuya fecha de vencimiento pasó y aún siguen en la nevera #nosecomoparaque a todas esas cosas que hemos pospuesto y pospuesto y #coronamereinadeladilación pero también sé que ha sido maravilloso y de crecimiento y de descubrimiento y de hacer, mucho quehacer… Y es así que me tropiezo con ese ¡Eureka! el año termina “Manos a la obra”
Creo que el fin de año ha tirado la línea para el que va llegando, y no voy a hacerme la sorda, voy a ponerme como el himno nacional #Altrabajosinmásdilación.
Lots of love,
M