Obvio que ahora saben que me encanta bloggear (verbo como cualquier otro) y la mayoría de la gente que me conoce sabe que tengo un blog – aunque alguno se haya enterado el viernes pasado (hola Jose!) – así que con cierta regularidad escucho aquello de “deberías bloggear de esto” por regla general la sugerencia llega por algo que ha provocado una serie de carcajadas largas o ha sido derivado de algo realmente tonto que alguien dijo pero con lo que todos estuvimos de acuerdo y le fuimos añadiendo. Lo bueno de escribir es que lo puedes hacer casi de cualquier cosa mientras lo hagas de manera amena y honesta, al menos así lo ve esta su servidora.
Es así como he pensado en escribir acerca de aquella vez en la que estaba con tantos analgésicos recetados para un dolor de espalda que no me di cuenta que contaba la misma historia sobre un programa de televisión una y otra vez (no recuerdo ni que programa podía tenerme así de cautivada), fue durante este tiempo que deje de sufrir al volante porque me parecía que no había nada más divertido que estar en un tranque y hacerle muecas a la gente (súper normal), lo que es más aún conservo alguna de esas pastillitas por si algún día la vida demanda ponerse jocosos en lugar de llorar. Si no fuera por el pánico que tengo de que algo externo a mi (especialmente químico) me controle creo que usaría una A colgada al cuello… Analgésico, tu serias mi BFF.
Pero bueno, mis actos de escapismo los prefiero escritos o mediante tiquetes aéreos. Combinar ambos también funciona maravillosamente.
También hemos estudiado cuidadosamente hablar sobre la Coca-Cola, ese maravilloso veneno/elixir cuya momento pico sucede justamente en el primer trago, después del cual en verdad da bastante igual… tengo una tía que como sabe que esto es de lo más cierto hace de su primer trago uno largo y así lograr retener esa sensación por un buen tiempo, es por esto que si llegan a interrumpir tu primer trago de soda te invade un espíritu chocarrero y casi quieres morderle la cabeza a la persona, este es un momento en el que hay que proceder con cautela. Pero qué pasa, que no se puede hablar de Coca-Cola sin aceptar que es malísima práctica beberla con regularidad, que contiene demasiada azúcar, que más allá de usarla de mezclador para burlar el sabor a ron no deberíamos estarla usando, que destapa cañerías así que imagina lo que le hace a tu cuerpo y un montón de yada-yada semejante, nevertheless amo mi Coca-Cola.
Pudiéramos también bloggear, como se me sugirió, de casos y cosas de las festividades Kabbalisticas a las que he asistido pero con toda honestidad siento que si no estabas ahí y formabas parte del grupo jamás vas a entender el chiste y muy probablemente te preocupes por mi pensando que formo parte de un culto/secta/suicide squat o peor… si es que hay algo peor. Es que pocos fuera de ese crew entenderían el concepto detrás de buscar el disfraz más opuesto a quien eres pero cute y cool para Purim o la escribidera incesante antes de RH o la clase de ayunos kamikaze… ¿me creyeran si les llamara a todo eso herramientas? Lo que si les puedo decir es que todo eso, en verdad, is a lot of fun work pero no es para esta audiencia.
O hablarles del finde en el que casi takleo a Derek Jeter, cuando lo vi corriendo con Jorge Posada en Bijao, mientras mi hermana gritaba mi nombre tras de mi como confirmación de que lo que mis ojos veían era real – es impresionante cuando solo tu nombre en ese tono de voz te hace entender un dialogo completo relativo a lo que ves – y como mis pies reclamaron que entrara en cordura, que no se vería nada bien que lo detuviera y lo raptara, especialmente porque a Posada no lo había reconocido y seguramente lo habría ignorado. Sí, sé que perdí mi oportunidad de ser esposa de un ex beisbolista guapo y acaudalado, pero creo en aquello de que si es pa’ti, es pa’ti (no es plantintá)y ya vendrá por mí (crucemos los dedos).
De la misma manera he escuchado cosas como “ni se te ocurra bloggear de esto” y esa lista es mucho más larga porque la verdad es que poca gente no tiene problemas con encontrar anécdotas privadas en un sitio tan publico así que para usar nombres pido permiso y para evitar problemas nunca escribo molesta (hell has no fury like a woman scorned!!).
En fin, para esos maravillosos amigos que me han hecho sugerencias sigan haciéndolo y cada tanto tiempo me tirare un merecumbé como este.
Lots of love,
M
Estoy teniendo uno de esos días que giran en torno al mismo tema – ¿lección del universo? – lo cierto es que desde esta mañana pensaba en aquello de mind over matter y las diferentes interpretaciones que le he dado a lo largo de esos años, como aquella de “if you don’t mind, it doesn’t matter” o “out of sight, out of mind” o “fake it until you make it” o cualquier cosa parecida a esa, pero como estamos en el mes de Piscis he decidido que va más de “mind over matter o como ser feliz y no morir en el intento”
A Book of A 