El momento en que levantas la mirada al retrovisor y ves fijamente al ser humano que se te ha estampado en la parte de atrás de tu carro, casi cambiándole la marca y matricula es uno que todos, todos, tememos y odiamos. Por más que te digan que un automóvil es una máquina de cuidado y que puedes cobrar la vida de alguien en un accidente, uno no es capaz de entenderlo en realidad hasta que te pegan tu golpe.
Ahora bien, hay accidentes anecdotarios y este post no es de tragedias o estadísticas automovilísticas, por el contrario es sobre eso que creías que a nadie le podía suceder y zasss! que te sucede a ti.
Anoche, conversando con una de mis compañeras bailaoras – víctima de un hit and run en medio de la lluvia y su inútil persecución del irresponsable que la golpeo – recordé mi primer carrito comprado con mi dinerito. Ese carrito era como un magneto de distraidos, no sé si es que era nalgoncito o que pero cada vez que alguien me golpeó fue por detrás! Lo que es más el último golpe me dejó acostada cuando el asiento se dio por vencido… no saben la de veces que estuve en terapia por el famoso Síndrome del Latigazo. Obviamente ese último choque – el tercero en 5 años – me hizo meterle el acelerador el proceso de comprar un auto nuevo, con el que no sólo cambie de marca, sino que para estar segura que no se repetiría el desastre lo hice también de tipo y color.
Pero no divaguemos, o yo pues, y permítanme contarles del primer accidente que tuve en el que mi hermana llamaba el #WhiteChicken:-
Érase un día nublado del mes de Julio y mi sobrino menor – de la primera camada – cumplía años, su madre decidió que todo seria de Harry Potter, debo decir que esto fue pre películas por lo que el mundo de Harry no había cobrado vida en la pantalla grande y nosotras decidimos por nuestra cuenta el diseño de los trajes de bruja que estaríamos usando…sí leyeron bien, me disfrace de una bruja. Recuerdo haber llevado mi libro de Harry a la modista para que las ilustraciones de la contraportada le sirvieran de inspiración… más nunca recuperé el libro.
Pues bien, todo marchó divino y los chiquillos felices y Davidi era un Harry completo en ropas de quidditch haciendo de las suyas. Acabo el julepe y después de recogerlo todo, nos dirigimos a casa… para que mi sombrero de bruja cupiera en el auto hubiera tenido que abrirle un #sunroof y cuidado ni así, ergo ahí iba yo conduciendo y mis pasajeros que incluían a mi hermano y su novia del momento iban cargados de cosas, incluyendo un extra grande pastel de cumpleaños que nadie había tocado, cuando el taxi que iba frente a mi decidió frenar sin motivo aparente en medio de la calle #TaxisPanameños. Yo metí mi frenazo, logrando no golpear al susodicho ser humano y todos respiramos aliviados cuando, de la nada, taaaandán que me pegan por detrás! No sólo sentí el golpe sino que vi como de repente había icing blanco por todo el auto!! #FacePalm mire a mis pasajeros y estaban cubiertos de icing! Cara, manos, ojos, todo!
Me bajo del auto – vestida de bruja con capa morada y el maquillaje más fantasioso, con escarchas y estrellas que persona alguna se haya puesto en la cara – a ver que le había sucedido al auto y a quien me golpeó, seguido se baja mi hermano el hombre icing y escuchó a la señora del auto que me golpeo gritar “ayyy noooooooooo se le salen los sesos” en serio quede tan en shock que mire alrededor y trate de mantener mi cara tan seria como me fue posible #EnSerioSeñora
Dos segundos después se estacionan los autos del resto de mi familia que iba en caravana hacia la casa y se van bajando estos personajes de los autos, brujas, gitanas, el mismo Harry Potter (únicamente popular entre los #Bookworms como nosotros), la novia de mi hermano metía los dedos en el dulce buscando desesperadamente su collar que había caído en el desastre de icing y, como si fuera poco, va saliendo gente del restaurante al otro lado de la calle con tal suerte de que uno siempre conoce a alguien y ese alguien se termina sentando en la acerca riéndose a tal volumen y tan descontroladamente que el resto – por supuesto – hacia lo mismo…. Y para agregarle agravio a la situación empieza a llover #OhSiTodoEso
Fue tal el espectáculo que si los celulares hubieran tenido cámaras yo hubiera aparecido en todas, absolutamente todas, las redes sociales.
Demás esta que les diga que pasé unos buenos dos meses encontrando restos de icing en el auto y correteando a la señora que me chocó – pero esa es la parte amarga de la historia, así que para que contarla.
El #WhiteChicken esta long gone y después estuvo el #Grey…no sé qué y ahora tenemos uno sin apodo que ya estoy pensando en cambiar, pero como aquel y sus anécdotas de accidentes – gracias al cielo – no ha habido ningún otro!
Lots of love,
M